Ahora que comienza a llegar el calor, nos empezamos a preocupar por tener a mano algún remedio contra el calor sofocante y las noches tropicales. A parte de los remedios tradicionales, hay dos bazas principales: el consabido aire acondicionado y los enfriadores de aire.
Ahora bien, ¿cuál es la diferencia? ¿Sirven los dos para el mismo cometido, o notaré la diferencia? Vamos a ver todas estas cuestiones.
El aire acondicionado ha sido el aparato de climatización por excelencia en la mayor parte de locales comerciales e industriales durante muchos años. Una de sus mayores ventajas es la inmediatez, ya que apenas necesita instalación. Sólo tenemos que conectarlo a la corriente y en unos segundos disfrutaremos de la temperatura que queremos.
Su funcionamiento está basado en la termodinámica: extrae el calor del aire y lo envían hacia un gas refrigerante que es capaz de enfriarlo. Este aporte de aire frío se mezcla con el aire caliente de la habitación, consiguiendo reducir la temperatura del ambiente.
A diferencia del enfriador evaporativo, el aire que emite un sistema de aire acondicionado es más seco. También suelen disponer de un deshumidificador integrado, por lo que el grado de humedad de la estancia no se ve alterado.
Un enfriador evaporativo es un aparato eléctrico similar al aire acondicionado. Se utiliza para enfriar el ambiente, pero a diferencia del aire acondicionado tradicional no emplea gases refrigerantes para conseguirlo: sólo agua.
Muy demandados por su fácil funcionamiento, los enfriadores evaporativos extraen el aire caliente del ambiente y lo hacen circular por su interior, expulsándolo con un mayor grado de humedad y creando una sensación térmica más fresca. Para conseguir que funcione correctamente, debemos crear una corriente de aire en la estancia abriendo ligeramente una puerta o una ventana.
Este sistema de climatización logra disminuir la temperatura interior de la estancia entre 10 y 15 grados respecto al exterior. La mayor parte de ellos cuentan con un regulador de temperatura que permite ajustar el nivel de aire en función de nuestras preferencias.
Diferencias
La principal diferencia entre un enfriador evaporativo y un sistema de aire acondicionado es que el primero renueva el aire constantemente, evitando que se degrade la calidad del ambiente y consiguiendo mantener en cualquier estancia unos niveles de humedad relativa. Nuestro aparato respiratorio lo agradecerá.
Además, el proceso que sigue un climatizador evaporativo favorece a la expulsión natural de partículas en suspensión. Esto asegura un ambiente libre de humos, olores y polvo.
Ahora que ya sabemos a grandes rasgos en qué consiste cada uno de estos sistemas y cuál es su funcionamiento, queda la gran pregunta: ¿cuál de ellos debería elegir? Para ponértelo más fácil, repasamos los principales pros y contras de estos sistemas, y las los enfriadores evaporativos y los sistemas de aire acondicionado, incidiendo en las diferencias entre ellos.
Una de las ventajas más importantes del climatizador evaporativo es que se trata de un sistema más respetuoso con el medio ambiente. Mientras que los aparatos de aire acondicionado emiten gases nocivos para el planeta, el enfriador evaporativo tan sólo emplea agua para reducir la temperatura.
Adquirir un climatizador evaporativo suele ser más barato que un aparato de aire acondicionado. Dependiendo de la marca y el modelo, pueden llegar a costar entre un 25% y un 50% menos.
El grado de humedad del ambiente es el factor más importante para decantarnos por un sistema de climatización u otro. En ubicaciones en las que la humedad media es muy alta, el rendimiento del climatizador evaporativo se reduce notoriamente ya que están pensados para climas secos. El descenso de la temperatura en climas con una humedad relativa de más del 70% es de menos de 5ºC, por lo que en estas zonas un climatizador evaporativo no será útil cuando las temperaturas sean muy elevadas. Por contra, el aire acondicionado enfría el ambiente independientemente de la humedad del exterior.
El climatizador evaporativo está pensado para utilizar en espacios cerrados. Para que funcione correctamente, es necesario abrir alguna puerta o ventana de la estancia y que el aire esté continuamente circulando. De lo contrario, el aire interior se cargará de humedad, se crearán condensaciones y el aparato no será capaz de evaporar más agua ni enfriar el ambiente, generado un calor incluso más sofocante que en el exterior. En el caso de los aparatos de aire acondicionado, puertas y ventanas deben estar cerradas si queremos que la sensación térmica sea menor.
Otra gran diferencia reside en el consumo energético: los climatizadores evaporativos pueden llegar a consumir un 80% menos que los aparatos de aire acondicionado, lo que se traduce en un gran ahorro económico. Mientras que su consumo en una habitación pequeña es alrededor de 150 W, esta cifra puede subir hasta los 1.000 W en el caso del aire acondicionado. Sin lugar a dudas, una diferencia que a medio y largo plazo va a notar nuestro bolsillo.
Como has podido observar, las diferencias entre los climatizadores evaporativos y los aparatos de aire acondicionado son muy amplias. Las condiciones de nuestro negocio o nuestras necesidades personales son aspectos que van a condicionar la elección de un sistema u otro. Por ello, es muy recomendable estudiar bien nuestro espacio y el ámbito de uso antes de decantarnos por uno u otro.