
Todavía tenemos la gala de arte de ArtSur/TooQ fresquita en la memoria. Por ello, y para no perder ritmo, queremos traeros entrevistas de los protagonistas de la gala: los artistas que expusieron sus obras.
Como punta de lanza, hoy os traemos la que le hemos hecho a Laura Asaro. Esperemos que la disfrutéis tanto como nosotros.
Para ir rompiendo el hielo, cuéntanos algo sobre ti. ¿En qué momento te interesaste por el arte? Haznos un breve recorrido por tu trayectoria artística.
Bueno, es un camino que empezó por allá, por el año 95, cuando estudié bellas artes. Y si bien, durante mucho tiempo tuve en paralelo otro trabajo (era bancaria y hacía muestras esporádicamente o participaba en salones de pintura), en el año 2008 hubo un quiebre en mi vida: la pérdida de mi quinto hijo. Luego de un duelo importante me di cuenta que ya me había pasado lo que más miedo me daba en la vida, y pensé “¿miedo a qué?, miedo a nada” y decidí que ya no iba a vivir como debía sino como quería, dedicada al arte al 100%, viviendo de lo que era mi pasión. Así que dejé el banco y, con casi 40 años, empecé a trabajar exclusivamente como pintora. No fue fácil: tenía cuatro hijos aún muy chicos a los que tenía que mantener. En el año 2010 gané el Primer premio de Pintura María Martorell y, a raíz de ese premio, fui invitada a participar de una feria en la que conocí a un pintor muy famoso en mi país, Milo Lockett, que vio mi obra y preguntó quién era la autora. Me invitó a exponer en Buenos Aires con él, en ese momento yo vivía en Salta (una provincia del interior de Argentina) y esa oportunidad fue como empezar a jugar en primera, en lo que al arte se refiere; y de ahí no paré más. Luego, me invitaron a exponer en el Jockey Club; siguió el museo Castagnino; la Bienal de arte y pintura, y más museos.
Bueno, es un camino súper largo… Llegué a representar a mi país en ferias importantes a nivel internacional, como cuando gané una convocatoria nacional del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina que eligió a sus artistas representantes, y fuimos al stand institucional en la feria “Arte Expo Nueva York” en el año 2016. Luego de eso, vino el Consulado Argentino en Nueva York en 2017. Estuve en Miami también, representando a Argentina. Así, fui exponiendo en museos, galerías, espacios culturales, ferias. Por ejemplo, en 2016 gané el Fondo Ciudadano para Desarrollo de Industrias Culturales. No sé, llevo más de 350 muestras aproximadamente, individuales y colectivas; es un camino largo, hay cosas que me olvido…
«Lo que busco es que la persona se permita sentir delante de mi obra. Si le gusta o no, no pretendo ni puedo manejarlo, pero lo importante es que no sea indiferente. Con eso, mi trabajo está hecho.»
Fue como hacer un camino de objetivo en objetivo, pero más que nada, de sueño en sueño. No fue tan pensado, sino sentido. Me entusiasma que el arte forme parte de la vida cotidiana de la gente, llevándome a hacer colaboraciones con marcas de Singapur (empapelados); y otras de Argentina como zapatillas, paraguas, elementos electrónicos, bodegas (etiquetas de vino de alta gama con mis obras). Fui mentora para Vital Voices y también hice proyectos de arte social… Es largo el camino, pero como te digo: es ir de sueño en sueño, y si miro para atrás, pienso “¡Es un montón!”.
¿Qué te inspira al crear una obra de arte abstracto? ¿Hay emociones, música o experiencias detrás de tus piezas?
En mis obras trabajo por series con una introducción, nudo y desenlace (como un libro) en las que cuento historias generalmente autobiográficas, en las que interviene mucho la emoción y lo que me pasa con determinadas situaciones. Pero al mismo tiempo, son historias que nos pasan a todos, hallando ahí la magia de la identificación de quien lee y siente mis obras. Por ejemplo, en la serie “¿Cuáles límites?” yo me planteo cuáles son los límites respecto a los vínculos de cualquier tipo (amorosos, familiares, de amistad, etc.). ¿Cuál es el límite cuando ingresa el ingrediente del amor en la ecuación? ¿Qué pasa ahí? ¿movemos nuestros límites?, ¿los convertimos?, ¿los vulneramos o nos transformamos en una nueva entidad? Son historias… y mi forma de escribir la vida.
¿Cómo describirías tu proceso creativo? ¿Empiezas con una idea clara o dejas que la obra evolucione espontáneamente?
Como te contaba, las temáticas de mis obras son auto-cuestionamientos o preguntas que yo realizo para el afuera; situaciones que de manera tangencial me tocan alguna fibra, me impactan y me despiertan algo en lo que yo quiero indagar.
Lo primero que hago es plantearme si, honestamente, me interesa el tema como para mantenerlo en el tiempo y trabajarlo emocionalmente a través de mis obras. Luego, veo cómo lo voy a comunicar, con qué elementos, en qué soporte, por medio de qué materiales, técnicas… y ahí empieza. En paralelo voy escribiendo notas, atravesando el tema y desarrollándolo. Cada obra es un capítulo de esa historia que cuento, y cada una lleva a la siguiente. Así, voy trabajando sin apuro. Me permito fluir en la temática y en la tela hasta que llega un momento en que ya no tengo más para decir o reflejar en ella sobre mis reflexiones. Cuando llego a esa instancia, es que ya está próxima la conclusión y, por medio de las notas que fui tomando en paralelo al desarrollo de las obras y de cómo me transformé emocionalmente con respecto a ese tema, es que escribo la fundamentación de la serie. La hago a lo último porque en el desarrollo de la serie las cosas cambian, incluso yo misma.
¿Qué materiales o técnicas prefieres usar (acrílicos, óleos, collage, digital) y por qué?
Soy muy simple al momento de trabajar: adoro el acrílico por la rapidez en el secado y porque siento que me permite fluir mucho más. Me emociona el momento del contacto con el material, ensuciarme las manos, sentir el olor de la pintura (por eso no me identifico con lo digital). Con respecto a las técnicas también soy simple: eso sí, me gusta mucho la combinación de más de dos en cada obra. Las que más uso son veladuras, la técnica de húmedo sobre húmedo, pincel seco, etc.

¿Hay algún color, forma o símbolo que sea tu sello personal? ¿Cómo llegaste a él?
Los colores que uso, los azules, turquesas, son mi sello personal. Eso tiene un porqué: yo nací en Mar del Plata y a los 20 años me fui a vivir al norte de Argentina, a una ciudad que no tiene mar (está rodeada de montañas); y una forma de llevar el mar conmigo era pintándolo. Hay una obra que se llama “El mar en mí” porque lo necesito, me hace bien, soy yo, es parte de mi ADN.
Otro sello en mis obras, comienza con la serie “Puentes, un pacto a través del océano, la historia de un amor prometido” que trataba sobre la historia de mis abuelos en la Segunda Guerra Mundial: mi abuela estaba en Sicilia, Italia; y mi abuelo estaba en Argentina. Cuando falleció ella, encontré unas cartas que eran parte de ese epistolario entre ambos y me impactó enterarme que ella había esperado años para reunirse con él, así que, en homenaje, hice la serie con retazos de esas cartas. Se transformaron en un elemento plástico en mis obras, que me representan y forman parte de mi estilo, porque no las pude dejar.
¿Qué sentiste al ver tu obra expuesta junto a la de otros artistas en esta gala?
Siempre es lindo ver la obra expuesta, todavía me sigue emocionando. Este año estaba muy atenta para poder participar, ¡no me la quería perder! Fue una gala espectacular: el compartir con colegas fue una experiencia hermosa. Es genial el apoyo a los artistas y a la cultura con este tipo de iniciativas por parte de Artsur y Tooq. Además, el año pasado me había quedado con muchas ganas de participar en esta convocatoria, pero se me pasó la fecha. Este año pude hacerlo y mi obra se vendió, así que estoy agradecida por la experiencia vivida.
Qué te gustaría que sintiera o pensara alguien al ver tu obra?
Lo que busco es que la persona se permita sentir delante de mi obra. Si le gusta o no, no pretendo ni puedo manejarlo, pero lo importante es que no sea indiferente. Con eso, mi trabajo está hecho.
¿Dónde podemos seguir tu trabajo?
Me pueden encontrar en Instagram: @lauraasaro
o en mi sitio web lauraasaroarte.com
