¿Sientes que ya no te concentras como antes, que te es más difícil recordar información de corto plazo o vas a la cocina y no recuerdas a qué fuiste? Esto puede estar siendo producido por estar en modo multitasking la mayoría del tiempo. El multitasking se ha convertido en un hábito común. Sin embargo, la realidad es que esta práctica está dañando tu cerebro más de lo que imaginas. Lejos de mejorar nuestra eficiencia, afecta negativamente nuestra capacidad de concentración y genera un impacto profundo en la estructura cerebral.
Estas son algunas de las conclusiones a las que han llegado varios estudios de diferentes universidades:
Reduce la materia gris del hipocampo (tu memoria):
El multitasking incrementa el nivel de agobio y satura el cerebro, lo cual hace que se libera más cortisol del necesario para trabajar, y sostenido a largo plazo genera muerte neuronal dentro del hipocampo, reduciendo su tamaño, y afectando tu capacidad de recordar, retener información y concentrarte. Estudio de la Universidad de Sussex, 2014.
Muerte neuronal en la corteza prefrontal: El mismo incremento de cortisol que produce el multitasking provoca la muerte de neuronas en la corteza prefrontal, que es el área responsable de funciones como la toma de decisiones y la planificación, lo cual te hace más impulsivo e irritable.
Investigación de Stanford University, 2009.
Daño en la corteza cingulada anterior: Esta área del cerebro es crucial para el control emocional y la toma de decisiones, y también sufre daños significativos cuando intentamos realizar múltiples tareas simultáneamente de manera prolongada. Universidad de Londres, 2005.
Además de toda la casuística estudiada, se han investigado formas de minimizar estos efectos e incluso paliarlos, siendo estas técnicas algunas que puedes implementar para reemplazar el multitasking:
Time Blocking: Dedica bloques de tiempo a tareas específicas sin interrupciones. Esta técnica permite una mayor concentración y mejora la productividad.
Apaga las notificaciones: Las alertas que te distraen constantemente son un enemigo de la concentración y el estado de flujo. En lugar de que las notificaciones te manejen, decide tú cuando verlas.
Monotasking: Enfócate en una tarea a la vez. Esto no solo mejora la calidad del trabajo, sino que también protege tu cerebro del daño asociado con el multitasking.
El multitasking no solo disminuye la eficiencia, sino que también tiene un impacto negativo en la salud de nuestro cerebro. Cambiar este hábito por técnicas que promuevan la concentración no solo mejorará tu productividad, sino que también protegerá tu mente a largo plazo.
Recuerda que la salud, tanto mental como fÍsica, es la base sobre la que sustentan todos los demás aspectos de nuestra vida. Por ello debemos vigilar mucho qué actividades y costumbres pueden suponer un beneficio para nosotros y cuáles perjudicarnos.
¡Primero la salud, luego el trabajo!