El origen del Black Friday tuvo lugar en Filadelfia, ya que era el término que utilizaron un grupo de oficiales de policía de dicha ciudad en 1961para describir el denso tráfico de vehículos y población que abarrotaba las calles el día siguiente de Acción de Gracias. El uso de este término acabó popularizándose y extendiéndose como la pólvora por resto de los Estados a partir de 1975.
Sin embargo, existen infinidad de teorías acerca del origen de este fenómeno. Además de la citada anteriormente, destaca la versión que afirma que la expresión “Black Friday” se empleaba para referirse al superávit que registraban las cuentas el viernes posterior a la celebración de Acción de Gracias, pues los números rojos se “teñían de negro” gracias al gran consumo por parte de la población.
¿Qué significa Black Friday?
Existen diversas teorías sobre el origen del Black Friday en Estados Unidos. Una de las primeras que se difundió, y que hoy está totalmente descartada, es aquella que afirma que este día tiene un origen esclavista.Esta información falsa mantenía que los traficantes de esclavos negros bajaban justo sus precios el día de Acción de Gracias de cara a la temporada de invierno. Evidentemente no existe ningún dato ni documento que confirme esta hipótesis. Otra hipótesis es mucho más plausible y es que esta expresión se originase el viernes 24 de septiembre de 1869, cuando dos agentes de bolsa de Wall Street (Jay Gould y Jim Fisk) intentaron acaparar todo el mercado del oro en sus manos aliándose con un famoso político de Nueva York, Boss Tweed, aunque fracasaron en el intento. Los tres intentaron sobornar a varios personajes importantes, incluidos algunos jueces. Pero el plan falló, ya que el precio del oro se desplomó en cuestión de minutos y muchos inversores se arruinaron, con lo que la jornada pasaría a ser conocida como “Viernes Negro”.
La expresión Black Friday se usó casi un siglo más tarde,una jornada después de Acción de Gracias, a mediados de la década de 1950.Según recoge el diario Telegraph, el sábado después de la festividad iba a tener lugar un partido de fútbol americano entre el ejército y la marina. La ciudad de Filadelfia se colapsó el viernes ante la avalancha de personas que llegaron para hacer sus compras de Navidad y asistir al día siguiente al encuentro.
Ante el caos, ningún policía pudo tomarse el día libre en la víspera del partido y los agentes tuvieron que trabajar largas jornadas de doce horas para controlar a las multitudes que abarrotaban la ciudad, por lo que bautizaron ese día con el nombre de “Viernes Negro”. La iniciativa tuvo éxito y pronto los comerciantes de Filadelfia empezaron a usar ese término para describir a las hordas de personas que se daban cita en las tiendas de la ciudadel día después de Acción de Gracias.
Ante el caos, ningún policía pudo tomarse el día libre en la víspera del partido y los agentes tuvieron que trabajar largas jornadas de doce horas para controlar a las multitudes que abarrotaban la ciudad, por lo que bautizaron ese día con el nombre de “Viernes Negro”. La iniciativa tuvo éxito y pronto los comerciantes de Filadelfia empezaron a usar ese término para describir a las hordas de personas que se daban cita en las tiendas de la ciudad el día después de Acción de Gracias.
Llegada a España
En España, el Boom del Black Friday llegó en 2012 de la mano de la cadena alemana MediaMarkt. Inicialmente parecía una frivolidad y la acogida no fue muy entusiasta. Sin embargo, en 2013, grandes empresas como El Corte Inglés o Amazon se sumaron también a esta moda consumista. Desde entonces, cada vez más los comercios y grandes almacenes se han unido a la iniciativa ofreciendo grandes descuentos a los compradores. Ya en 2015 la popularidad de la iniciativa estaba tan implantada en España que más de dos millones de personas compraron ese día, gastando una media de casi trescientos euros en un solo día. Pero no hay dos sin tres. Y para completar el negocio, se ha instaurado una nueva jornada de compras desenfrenadas, el Cybermonday, el cual se celebra el lunes siguiente al Black Friday, y que se dedica a las ventas por internet. Así no sólo se incita a comprar el viernes, sino que la cosa se alarga todo el fin de semana hasta el lunes, sumando cuatro días de compras sin parar. Negocio redondo.
No es oro todo lo que reluce
Aunque a priori pueda parecer que todo son beneficios, como siempre existen problemas asociados a la masificación y el consumismo desenfrenado durante estos días, además de prácticas maliciosas por parte de empresas que intentan exprimir todavía mas las ganancias durante este día.
Desde precios inflados las semanas previas al Black Friday para “rebajarlos” al precio que tenían antes de la jugarreta, nulas rebajas, todo tipo de conflictos entre los clientes (llegando incluso a casos de hospitalización por alguna muñeca rota), retirada de stock para poder vender por encima del precio original… Este tipo de eventos (al igual que su primo hermano de los lunes, el Cybermonday) hay que tomárselos como el buen vino: seleccionar bien el producto que vamos a comprar antes del Black Friday, estudiar su evolución de precios las semanas previas a la compra, comparar con otras tiendas y aprender a esquivar masas de personas al borde de la batalla campal.